martes, 26 de octubre de 2010

La bella dama despiadada, Alain Chartier


De Alain Chartier se ignoran las fechas de las tumbas. Se sabe que tuvo una vida corta, que trabajó para la corte francesa de la época (s.XV) y que escribió desde que supo. Poco más. Dejó poemas y escritos políticos, sátiras dedicadas a las instituciones de su tiempo, burlas didácticas empeñadas en apuñalar la estupidez (que, sin embargo, ha seguido impertérrita hasta nuestros días).

En 1996 Gredos publicaba una edición castellana de este libro. Se sabe que, al menos en catalán y en francés, ya circulaba por las manos intelectuales de la península poco después de la muerte del autor.

Leí La bella dama despiadada un día claro y soleado. Lo leí en voz alta, con esa voz de cura que me sale cuando tengo el alma herida. Trata el viejo tema del amor. El poema es un diálogo entre un enamorado y su amada. Él está enamorado, ella no. El tema, como es dicho y como es fácil afirmar por el principio de inducción de la experiencia, es viejo. Con no menos sorna lo escribía mi adorado Heine (quien no ha leído a Heine… ¿qué ángeles ha leído?) como cita al principio del capítulo XX de su Alemania. Copio:

"Ella era encantadora, y Él la amaba; Él, sin embargo, no era encantador, y Ella no le amaba." (Antiguo drama)

Copio también ese principio elemental de Risa en la oscuridad, de Nabokov:

"Érase una vez un hombre llamado Albinus, que vivía en Berlín, Alemania. Era rico, respetable, feliz. Un día abandonó a su mujer por una amante joven; amó; no fue amado; y su vida acabó en un desastre.
Éste es el cuento, en suma, y podríamos haberlo dejado aquí si no fuera por el interés y el placer de narrarlo. Pues aunque basta el espacio de una lápida para contener, encuadernada en musgo, la versión abreviada de la vida de un hombre, los detalles siempre se agradecen."


La verdad es que los detalles no siempre se agradecen, pero bueno. Lo cierto es que La bella dama despiadada es un libro raro. Digamos que tiene… una versión profunda de los hechos. Me pasó la sombra (un tanto a toro pasado) de esos estudiosos que ven en el amor cortés una especie de Cábala cristiana. (Artículos hay en cualquier base de datos por si a alguien le interesa). Pero estoy convencido de que fueron imaginaciones mías, de que tal impresión se debió a la magistral composición de este poema.

Lo leí con placer, le puse esos cojines al espíritu, canté el Hava Nagila. El enamorado cuenta las grandezas de sus sentimientos; los escucha una dama imperturbable que apela a la cordura de la peor forma posible: con ayuda del desprecio y de la indiferencia. Por ejemplo: él le cuenta a ella que se enamora de sus ojos, y ella le responde:


"Muchas ganas de sufrir tiene
Y mal guarda su corazón
Quien, frente a una sola mirada,
No cuida su paz y su gozo.
Quienquiera que os mire, yo u otra,
Los ojos son para mirar.
En modo alguno me preocupo,
Y a quien le duela, que se cuide."


Es suficiente. Quien lo lea disfrutará, si no se distrae. Llegados a este punto no me atrevo a continuar porque amanecen puntos de tangencia en demasiados frentes. Una cosa es cierta: no siempre uno consigue lo que quiere. Pero ése es el camino de las Ítacas…

4 comentarios:

J. G. dijo...

¿Y colorín colorado¿

lecturayescritura dijo...

Como siempre que leo los artículos del blog saco partido. Enhorabuena, el sitio web se ha convertido para mí en una referencia. Podré estar o no de acuerdo con algunos planteamientos pero siempre es enriquecedor leer los artículos colgados. Felicidades nuevamente, seguid así y animo a la gente a que participe con sus comentarios en este tipo de sitios educativos porque la verdad es que son de un valor enorme en esta época de internet.
Ánimo y suerte con las publicaciones, os seguiré

María dijo...

La belle dame sans merci... ¡Qué curioso! El título lo dice y no sabía de qué iba... Me ha picado siempre la curiosidad el tema del significado profundo de los poemas de Dante, por ejemplo, con su Beatriz. Es un seguidor directo de los trobadores (por ejemplo de Arnault Daniel), pero lo del amor cortés es más un reflejo de la sociedad feudal de la época,¿no? Todo este tema siempre me ha parecido misterioso...

Francisco dijo...

Eh, Ivan, ja va sent hora de que publiques alguna cosa més, no creus? Que m'agraden molt les teues crítiques...

Un admirador.